viernes, 23 de diciembre de 2011

Y llegó la Navidad...

Y llegó la Navidad....

Y con ella las compras de regalos a tus seres queridos y a los que no lo son tanto... y las cenas con gente que te apetece mucho tener a tu lado y con las que te apetece un poquito menos ... y con ese millón de obligaciones que parece que a nadie le gustan, pero que todo el mundo terminamos haciendo.

Es así, y sino puedes elegir la opción de irte de vacaciones al Caribe, tienes que tomarte las cosas con mucha filosofía.

Ahora más que nunca tienes que hacer un ejercicio de autoanálisis para decidir como quieres vivir la Navidad. Puedes pasarte los días pensando en lo poco que te gustan estas fechas y contando las horas para que se terminen, o puedes buscar el lado bueno a unos días, que si llevan tantos años celebrándose por algo será, después de todo... y no solo porque nos lo imponga El Corte Inglés.

¿Qué como lo hacemos?... quizás solo haya que dejar de pensar en lo poco que nos gustan y sentir como el frío acaricia tu cara, mientras caminas por las preciosas e iluminadas calles de tu ciudad, buscando ese regalo especial, o devolver una enorme sonrisa a los que en estos días parecen ser más generosos con ellas, o  mirar a los ojos de asombro de ese chiquitín al levantarse el día de Reyes... quizás solo sea suficiente intentar hacer realidad en esta época del año eso que todo el mundo te desea, en esta época del año allá por donde vas, que tengas una FELIZ NAVIDAD.




viernes, 16 de diciembre de 2011

Y... ¿Por qué no en azul o verde?....

Ahí va un consejillo para las que nos gustaría pintarnos los ojos de verde o azul, teniendo unos ojos estupendos.... pero marrones... Claro, que a las que ya los tienen en estos colores, el resultado es muchísimo más llamativo.

Primero hay que delinearse los ojos en negro con el Eye Liner, solo por arriba. Es importante que la línea vaya de más fina (desde la parte del lagrimal) a más ancha (hacia la parte de afuera del ojo), donde acabe en un pequeño rabillo. Después, con un lápiz azul o verde (ahora los venden con tonos metálicos y quedan genial), se pasa por encima la raya negra. 

Por último, si quieres, puedes repasar con el lápiz la raya de la parte de abajo del ojo. En este caso se empieza desde la parte de fuera hasta más o menos la mitad, difuminándolo con el dedo en el centro.

Para darle un toque final, también puedes aplicar el rimmel negro y cuando se seque, un poco de rimmel azul o verde, en las puntas.

Y ahora a deslumbrar con esos pedazo de ojazos!!!. 



De la mano de Elena...

Seguimos en Andalucía...


Si hay algo en lo que la que la mayoría de la gente coincide al hablar de Sevilla, es que tiene algo especial. Un olor, una luz, un... no sé, nunca he sabido explicarlo pero cuando paseas por sus calles ese algo te recuerda, en cada esquina, que estás en este precioso lugar.


Y quizás por eso es difícil escoger un rincón especial para un ciudad que es toda ella única, aunque Elena lo ha tenido claro. Cuando le pedí ayuda para destacar un rincón de su ciudad, me sorprendió con una plaza tan preciosa como conocida. La Plaza de España.






Como ella bien me dijo, es un lugar que impresiona y si por algún motivo no la conoces, deberías hacer por acercarte a ella. Además este año la han abierto después de 15 años en obras y por fin a vuelto a recuperar las barquitas en el lago. 

Es sin duda un lugar para pasear entre los bancos que representan momentos históricos de todas las provincias españolas, y entre los edificios que envuelven la plaza. 

Para darle aún más belleza, en frente se encuentran los grandes jardines del Parque María Luisa, los cuáles pertenecieron en su origen a Palacio, y de donde proviene su maravillosa frondosidad, la gran variedad de plantas exóticas y sus árboles gigantes.





Yo conozco Sevilla, conozco la Plaza de España y el Parque de María Luisa, pero volveré porque esta es una de esas ciudades de las que no te cansas nunca de visitar, pero sobre todo si vas de la mano de una Sevillana.







viernes, 18 de noviembre de 2011

Déjame llorar

La tristeza es una emoción. Hasta aquí todos de acuerdo pero... ¿qué significa eso?. Pues significa que es un mecanismo que forma parte de la naturaleza del hombre y que está ahí por algo.

Las personas nos ponemos tristes para que centremos la atención en nosotros mismos y en la situación, facilitando así la búsqueda de soluciones. Nos obliga a bajar el ritmo, ahorrando la energía que necesitamos para recomponernos y, además, hace que los demás se den por enterados y nos echen un mano.

Por lo tanto, es necesaria y, sin embargo, nos empeñamos en no dejarla actuar cuando el cuerpo nos pide a gritos... o mejor dicho, a lágrima viva... que la manifestemos. ¿Qué es lo primero que decimos al consolar al alguien?... No llores.... cuando el cuerpo te está diciendo que eso es, exactamente, lo que tienes que hacer. ¿A que nadie te dice que no te rías cuando te cuentan algo realmente divertido? y aunque lo quisieras hacer... ¿podrías?. ¿Cuantas veces te ha resultado embarazoso no soltar una carcajada, en ese momento tan inadecuado?.  

¿Por qué si nos permitimos enfadarnos, o reírnos, no nos permitimos llorar?. Llora, desahógate, haz que los otros se den cuenta de que estás triste y que necesitas que lo sepan, que te escuchen, o que te ayuden si está en su mano.  

No luches contra tu naturaleza porque es una batalla perdida así que, ya lo sabes, si algún día estoy triste... déjame llorar...

viernes, 11 de noviembre de 2011

De la mano de Loli....


He querido empezar este recorrido de rincones especiales, por el sur. Quizás por la estrecha relación que me une a Andalucía, o porque siento un cariño especial hacia ella, tenía que comenzar en esta provincia andaluza.

Córdoba es una de las ciudades más bonitas de España, que voy a decir yo... pero no solo la capital tiene rincones donde perderse, sus pueblos también guardan sitios dignos de ver.

Lucena, situado a unos 72 kilómetros al sur de la capital, es uno de esos pueblos que todo el mundo hemos oído nombrar pero en el que muy pocas veces se para. Por supuesto que podríamos destacar muchos cosas para ver allí pero, en este caso, Loli me ha llevado de su mano a la Ermita de Nuestra Señora de Araceli.

A unos 6 kilómetros del pueblo, la ermita se encuentra en la cumbre de la Sierra de Aras. Desde el santuario se pueden ver las provincias de Málaga, Córdoba, Sevilla, Granada y Jaén, y en días claros, hasta la costa marroquí. Pero lo más característico de este lugar es que, mires a donde mires, te ves inmerso en un mar de olivos. Perder la mirada entre cientos de ellos, ya hace que merezca la pena subir hasta allí. 


El santuario barroco guarda la imagen de la patrona de Lucena, traída de Roma por el Marqués de Comares y, que adquiere su mayor relevancia cuando se celebra la romería de subida y bajada de la Virgen a la ciudad, en primavera.













Por último y, como no podía ser de otra manera, Loli nos recomienda probar el chorizo y la morcilla que preparan en el pequeño bar adosado a la Iglesia. Ya se sabe, si queremos recordar un sitio como es debido, hay que probar su gastronomía.

Si algún día pasas por allí no te olvides de visitar este lugar tan característico de Lucena. Si ella lo escogió, sería por algo....




jueves, 3 de noviembre de 2011

I Have to.... Tengo que...

"Tengo que", sencilla construcción gramatical que utilizamos para imputarnos una obligación, y sencilla manera de convertir todas nuestras decisiones, en pequeñas cuerdecitas que nos van atando psicológicamente.

Si pudiéramos hacer una estadística de las frases que más utilizamos al día, sin duda esta se llevaría el premio gordo. Tengo que ir a trabajar, tengo que hacer la comida, tengo que hacer la compra, tengo que... ¿sigo?... para qué... prácticamente todo lo que hacemos en el día va acompañado de un "tengo que...".

Pues por mucho que lo digamos... no dejará de estar mal. No tengo que... elijo hacer todo eso. Y ahora me diréis. No elijo ir a trabajar, es una obligación... y yo os diré. No es verdad, puedes elegir. Ir o no a trabajar tiene unas consecuencias positivas o negativas, las cuales cada uno valora y actúa en función de ellas, pero... finalmente puedes elegir. ¿No te parece?.

Sigamos entrenando nuestra felicidad. Cada vez que digas un tengo que... seguido de un resoplido... piensa que sea lo que sea que tanto te fastidia hacer, lo has elegido tú y recuerda que siempre puedes elegir no hacerlo.

Somos esclavos de nuestras palabras y de los pensamientos que llevan aparejados. Solo tú puedes soltar esas pequeñas cuerdas que te sujetan a ti mismo.

Yo hoy he elegido levantarme pronto, coger mi coche, ir a mi trabajo y compartir estos pensamientos con vosotros.... y ¿sabéis? estoy feliz... porque "yo" lo elegí...

sábado, 29 de octubre de 2011

Correr... no es de cobardes...

Seguro que habéis oído mil veces la frase contraria. Tiene su gracia pero, sobre todo, lo que tiene es una gran pinta de excusa para no movernos. Si contara las veces que he renegado por hacer ejercicio no terminaría nunca y de correr, ni hablamos. Yo juré que haría cualquier deporte, el que fuera, menos correr... pues aquí me tenéis, abogando por este sano ejercicio.

Cualquiera que me conozca tendría que pasarse por mi barrio para comprobarlo en persona porque, sino, no lo creería. Con esto ¿qué quiero decir?, que si yo lo hago... cualquiera puede y que si yo os lo recomiendo, es porque merece la pena.

Años buscando la técnica perfecta, la crema perfecta, el milagro perfecto... y lo tenía ahí, a la puerta de mi casa, ¡y gratis!. Es el complemento perfecto para endurecer los músculos y, en consecuencia, para combatir la flacidez, la fórmula más efectiva para quemar la celulitis y reducir volumen, y la mejor manera de mantener fuertes, el corazón y la mente.

Si corres, te fortaleces física y mentalmente. Es así. Te sientes más joven, más ágil, más fuerte, más capaz. No os voy a hablar de la base biológica que explica todo esto, que si la adrenalina, que si las endorfinas.... no. Solo os puedo decir que funciona, que desde que he introducido unas cuantas carreras en mi rutina semanal, me siento mucho mejor física y mentalmente.

No hablamos de correr maratones, solo de trotar un ratito de vez en cuando. Se trata de ir muy poco a poco añadiendo minutos a nuestra capacidad de correr. Si te lo propones puedes. Yo pude pero hay que ser constante y no dejarlo a la primera de cambio. Hay que volver y volver.

¿Qué como lo he conseguido yo?. Simplemente... dejé de lamentarme, de buscar excusas y ... corrí.


miércoles, 21 de septiembre de 2011

No, sin mi....

No vale esperar a tener un acontecimiento especial para arreglarse muchísimo e ir el resto de días hecho un desastre. No vale...

Sentirse bien supone una regularidad. Para encontrarse a gusto con uno mismo hay que verse estupendo la mayoría de los días, no solo el día que voy a la pelu a cortarme las puntas...

¿Y que podemos hacer?, llevar unos mínimos al día para estar a punto en cualquier momento y espectaculares el día que lo decidamos.

Empezando por el principio. Vamos a cuidar la piel.

De nada sirve ponernos tres kilos de maquillaje sobre una piel desnutrida y sin brillo.

¿Y esto es difícil?, no... solo hay que mantenerla bien limpia e hidratada.

Hay millones de jabones en el mercado para lavarte la cara por la noche. Desde los más caros... Kanebo, Shiheido, a los más baratos nivea, sephora... tienes muchas opciones para dejar tu cara limpia y preparada para absorber la crema que nos pongamos después.

Nunca, nunca, nunca, te acuestes sin haberte lavado bien la cara y echado una buena crema nutritiva.

Por la mañana lo mismo... la lavamos y crema, esta vez hidratante.

Estos dos pasos son tan importantes como lavarte los dientes. Si lo haces a la vez diariamente nunca se te olvidará. Eso si, lávate los dientes antes de echarte la crema o tu barbilla estará más vieja que el resto de tu cara...

Por último, pero muy importante. Antes de salir de casa, ya sea verano o invierno, usa una buena crema protectora solar para la cara. La más alta que encuentres. Si hay algo que te puede hacer envejecer a pasos agigantados es el sol. Las manchas salen y es muy difícil quitarlas... mejor evitarlas.