Os propongo un pequeño ejercicio de imaginación.... ¿Podrías recordar un momento en el que os dieron un susto importante?. Me refiero a uno de esos gordos cuando casi te diste un golpe con el coche, o viste a un niño asomarse peligrosamente a un lugar del que se podía caer... algún momento en que temiste por tu vida o la de otra persona. Pues bien, intentad recordad que sentisteis, como se removió el cuerpo entero. El corazón primero pareció pararse para después romper a latir con fuerza. La temperatura del cuerpo subió hasta hacerte sudar, los músculos del cuerpo se tensaron e incluso llegaste a sentir algo de mareo. Puede que te paralizaras o que se pusiera un nudo en tu estómago, que te diera la tos, o que perdieras el habla... pero fuera como fuera la sensación no fue nada agradable. ¡Ah! y eso sin olvidar el mal cuerpo que te quedó después... agotado durante unos segundos, extraño...
No sé si te acordarás pero tu atención se centró solo y exclusivamente en el suceso que te asustó. Tu cuerpo te avisó, te alertó, te preparó para enfrentarte a esa posible amenaza.
¿Y por qué pasó todo esto?, porque entró en juego esa emoción llamada miedo y que tiene como principal e indispensable función hacer que te cuides, que no te pongas en peligro y, sobre todo, que preserves tu supervivencia.
Hasta aquí todo normal pero, siguiendo con nuestro ejercicio, ¿te imaginas que tu mente te lanzara este mensaje de amenaza en un lugar o momento inadecuado?. ¡Si si!, ¿imaginas que tu propia cabeza te enviara señales desorbitadas de peligro donde realmente no las hay o no en la magnitud que tú piensas?. Pues eso es exactamente lo que nos pasa a los que padecemos trastornos de ansiedad.
No voy a entrar ahora en por que se llega a este desajuste, es un tema complicado, pero si me gustaría que las personas que no los sufren se pusieran en el lugar de quienes padecen o han padecido ataques de ansiedad, en algún momento de la vida.
Son sensaciones muy desagradables que se activan en ciertos momentos, que pueden llegar a durar horas (imaginad todas las sensaciones que antes os he comentado durante dos horas...) y que, como te hacen sentir tan mal, en peligro, incluso creyendo que vas a morir ante tantos síntomas extraños, tratas de evitar por todos lo medios.
Nadie quiere sentirse mal y si evitar ir a esos lugares, entrar en ese ascensor, comer ciertos alimentos, ir a esas fiestas en las que lo pasas tan mal cuando hablas con la gente, alejarte de tu casa, ... te libra de ese terrible malestar pues lo evitas, no vas... no te subes a ese avión... no comes... no sales... no viajas... no... no... no...
Sé que es muy difícil de entender, de hecho creo que si no lo has padecido nunca no es sencillo hacerse una idea de lo que realmente es, pero es uno de los problemas psicológicos más generalizados y que llenan las consultas de urgencias cada día, así que igual hay que darle la importancia que se merece.
Pero no quiero dar una visión pesimista de "los ansiosos", solo quiero que se les comprenda un poco más e incluso, que la sepan identificar quienes todavía no saben lo que les pasa... La ansiedad, si se trabaja debidamente, tiene solución y aunque requiere de mucho esfuerzo (enfrentarse a las cosas que te asustan no es fácil), merece la pena.